Capítulo 20.
Estaban haciendo fila en la caja para poder pagar el juguete, de algún modo el lugar se había llenado de personas. Daira le contaba un poco más sobre su familia y en donde vivía antes de que Dongwook la contratara.
—¿Sabes cuándo cumple años? —preguntó la omega.
—¿Mmm?
—Si sabes cuando es la fecha de cumpleaños del cachorro.
—Pues, no. Con su madre no tenemos una gran comunicación.
—Entonces... no se conocen mucho, ¿verdad?
—Si—largó un suspiro—. Es algo difícil acercarse a él.
—Es cuestión de tiempo, Jungkook, si tú haces las cosas bien y como se deben va a salir todo perfecto —el alfa volteó su vista para ver a la castaña.
—Gracias, Dai.
—¿Por qué?
—Por no juzgarme.
—Nunca lo haría. Sigo sin conocerte del todo, pero de alguna forma te volviste un amigo.
Jungkook le regaló una sonrisa grande.
✧✦✧
De un momento a otro la noche fue haciendo presencia, el frío empezó a notarse más que antes y la calefacción tenía que ponerse al máximo. Jimin se encontraba cambiando a su bebé, ya que se acababa de dar un baño, mientras que Jaehyun le hablaba y señalaba partes de la habitación.
—No.
—¿Qué me dijiste, cielo?
—N-Nino.
—Creo que alguien lo dejó en el sofá, ¿quién será? —dijo sonriéndole y parándolo sobre la cama para acomodarle bien el pantalón.
Una vez listo Jimin hizo que diera un par de pasos hasta llegar al sofá que estaba en la pequeña sala. Jaehyun caminaba bastante mejor que antes, pero todavía se frustraba cuando no lo podía hacer bien.
—Muy bien, angelito, lo hiciste perfecto —dijo alzándolo y dándole un beso en la mejilla.
Luego se pusieron a jugar con el dinosaurio.
✧✦✧
—Yo creo que tendrías que dárselo ahora.
—¿Tú crees?
—Sip.
—Es que ya lo molesté bastante, capaz no me quiere allí.
—¿Por qué no querría tu compañía? Es ilógico, si no quisiese que estuvieras con él te lo diría.
Jungkook puede llegar a hacerse una idea del porqué no querría su compañía y puede hacerse una idea del porqué acepta, pero no le diría a Daira, al menos no ahora.
—No lo sé, Dai, capaz solo acepta mi compañía por cortesía.
—Pregúntaselo.
—Creo que es muy directo y capaz lo incomode o algo.
—Si no hablas, nunca vas a saber nada sobre él.
—Es que...
—Sin peros. Anda, Jungkook, atrévete.
"No es algo que no hayas hecho antes"
En eso su alfa tenía razón.
—Okay... iré.
—Mañana me cuentas todo y con lujo de detalles.
—¿Por qué lo haría? —dijo Jeon con una sonrisa.
—Porque YO fui la que te convenció, así que merezco que me cuentes.
—Te veo mañana, Dai.
—Adiós, Jungkook.
✧✦✧
Estaba nervioso, si que lo estaba, su labio sangraría si lo seguía mordiendo de tal forma. Su lado racional, como siempre, le decía que no era correcto que aparezca de noche en la casa de un omega que apenas conoce, pero su alfa anhelaba ver a al castaño de ojos azules y, bueno, él también.
Jimin seguía llamando la atención de Jungkook, ya no era su alfa solamente, el también quería conocer al menor. Miró la hora, ya era algo tarde, así que compraría algo en el camino.
Estacionó el auto, agarró la bolsa con el juguete y la bolsa con la comida para entrar al hotel. Como siempre, la castaña estaba sentada tecleando algo en su celular.
—Hola guapo, ¿en qué puedo ayudarte? —dijo ella mirándolo de arriba a abajo y sonriéndole.
—Um, vengo al cuarto número 12.
La beta rodó los ojos y tecleó en la computadora.
—Claro, vas a ver al muerto de hambre de nuevo.
—Creo que te he dicho que no lo llames así más de cinco veces.
—Lo voy a seguir llamando como se me dé la gana.
—Pues, si lo sigues haciendo podría hablar con tu jefe. Tengo contactos por si no lo sabías.
Le dio una última mirada a la recepcionista y fue hasta el ascensor.
Una vez que llegó al piso correcto, caminó hasta la puerta de la habitación del omega. Sus manos sudaban y seguramente las bolsas estén algo húmedas por eso, respiró hondo y tocó la puerta. Un omega tímido la abrió y lo miró algo sorprendido.
Siempre se iba a sorprender de ver a aquel alfa de ojos verdes, siempre le iba a parecer raro que vuelva a visitarlo. Le regaló una pequeña sonrisa y Jungkook le dio una mostrando sus dientes.
—Hola —dijo el rizado con su voz profunda.
—Em, hola.
—L-La —dijo el cachorro que se encontraba en los brazos del castaño, era raro que no se escondiera en su cuello como de costumbre.
—Hola para ti también, pequeño —dijo el alfa haciéndole una cara graciosa para que Jaehyun riera, cosa que funcionó.
—Um, ¿qué lo trae por aquí?
—Bueno, traigo algo para Jaehyun. Sé que estoy abusando un poco, pero es que lo vi y tenía que regalárselo.
Su omega estaba chillando a lo loco y su corazón no paraba de latir con fuerza.
"Se acordó de nuestro cachorro"
Una sonrisa se formó en los labios del castaño.
—También traje, bueno, la cena... ¿Te molesta si como junto a ustedes de nuevo?
Jimin se podría desmayar en ese instante.
—N-No, no hay problema, yo, eh, pasa —dijo haciéndose hacia un costado para dejarlo pasar.
—Gracias.
Jimin le dijo a Jungkook que se pusiera cómodo, el alfa dejó la bolsa con comida en la barra de mármol que había en la cocina, también se sacó su abrigo gris y lo dejó colgado en un perchero que tenía por allí.
—Bueno, pasé por una juguetería y vi algo que me dejó enamorado, tenía que ser de tu cachorro. Creo que todavía es algo pequeño, pero es para que vaya practicando y eso.
La bolsa con el caballete estaba en el pequeño sofá del living y mientras hablaba se acercaba a este.
—No tenías que hacerlo.
—Lo sé, pero me gusta hacerlo.
Jungkook empezó a sacar el regalo de la bolsa para ponerlo en el suelo, Jimin había bajado a su bebé para que gateara hasta donde estaba el juguete. Jaehyun trataba de ir lo más rápido posible hasta donde se encontraba el caballete.
Una vez que llegó trató de pararse, cosa que no logró, así que el castaño lo ayudó. Jaehyun lo miró con una sonrisa y Jimin le sonrió aún más.
—Haa~ —dijo emocionado. El omega rió por la emoción de su pequeño.
—¿Qué pasa, cielo?
El bebé le apuntó lo que tenía frente a él.
—¿Qué es eso, amor? ¿Te gusta? —preguntó el de ojos azules.
El bebé asintió y empezó a tocar el plástico que envolvía el pequeño caballete.
—¿Hay algo que le tengas que decir a Jungkook?
Jaehyun volteó su mirada a Jeon, quien se encontraba a un lado admirando la escena.
—G-Assss —dijo el menor mirando al mayor y dándole una tierna sonrisa que derritió a Jungkook.
"Lo hicimos feliz de nuevo"
Jungkook sonrió para sí mismo, se sentía bien hacer feliz a Jaehyun.
El pequeño empezó a querer romper el plástico que envolvía el juguete, Jimin lo alzó inmediatamente y el bebé hizo puchero queriendo llorar.
—No llores, amor. Primero comemos y después jugamos. ¿Está bien? —asintió—. Juega un rato con tu dino, luego jugaremos con el otro, ¿te parece?
—¡N-Nino!
Jimin y su cachorro fueron en busca del peluche, una vez que lo tenían el castaño preparó una manta en la sala y sentó ahí con su juguete favorito. Luego de mirarlo un poco y confirmar que estaba bien fue hasta la cocina, Jungkook se encontraba ahí.
—Hola.
—Um, hola —dijo Jimin acercándose hasta el mueble para sacar los vasos.
—Compré hamburguesas. Traje una cuantas para nosotros y una cajita feliz para Jae.
Su corazón volvió a latir con fuerza, había pensado de nuevo en su bebé.
—Gracias por... pensar en Jaehyun, en serio.
—No es nada. ¿Le gustó, verdad?
—Si, lo amó. Su cara era de pura felicidad cuando lo vio.
Jimin puso los vasos y Jungkook sacó las hamburguesas de la bolsa. El castaño fue a buscar al bebé, lo sentó en sus piernas y empezaron a comer.
El alfa no tenía tanta hambre ya que había comido antes, pero hizo un esfuerzo para poder comerse la hamburguesa. La pregunta de Daira pasó por su mente y decidió preguntar al respecto.
—¿Cuándo cumple años?
—¿Mm?
—¿Cuándo cumple el año tu cachorro? — preguntó nuevamente.
Se acordaba de su cachorro, le daba detalles para él y ahora le preguntaba por el cumpleaños del pequeño que tenía en sus piernas, su corazón late mucho más rápido que antes.
—Em, en cinco días es su primer año —dijo dándole otro pedazo de hamburguesa a su bebé.
Jaehyun nunca las había probado y, por lo visto, le había encantado.
La voz de Jimin había sonado algo triste y Jungkook quería saber el porqué.
—Así que en cinco días este pequeño cumple un año —dijo estirando la mano para poder llegar a la mejilla del menor, este rió por la acción.
—Si —dijo mientras sonreía por la risa de su bebé.
Otra cosa que le había dicho la omega corrió por su mente, no estaba seguro en preguntar, pero quería saber si se sentía cómodo con él.
—Jimin...
—Um, ¿si?
—¿Te sientes cómodo conmigo?
No se esperaba esa pregunta, para nada. La verdad no sabría que contestar, es decir, si, si se sentía cómodo con el alfa rizado, pero había veces en donde tanta cercanía lo asustaba o su aroma se convertía en uno agrio y tenía miedo de repente. Jimin no sanó por completo y lo sabe, sabe que necesita superar algunas cuestiones, pero no sabe como hacerlo. Si, se sentía cómodo con él, de eso estaba seguro. Se sentía seguro porque el alfa se preocupaba por su espacio, sabía que no debía acercarse demás, él trataba de entender y eso lo hacía sentir bien, cómodo y, de cierto modo, especial. Ningún alfa se había preocupado por algo tan simple como su espacio.
—Em, yo, s-si, me siento cómodo contigo.
Una pequeña sonrisa se formó en los labios del rizado.
—¿Entonces, no te molesta que te visite o comparta un lugar en tu mesa o en tu espacio?
—N-No me molesta... yo a veces necesito un poco de compañía la verdad —dijo mientras le daba otro trozo al pequeño y susurraba lo último.
Jungkook hizo una mueca, él también necesitaba algo de compañía a veces, pero estos último días solo quería ser acompañado por un solo omega castaño.
—Yo también necesito compañía a veces, a decir verdad.
Jimin seguía sin creerse que aquel chico no tuviese a nadie con quien compartir su tiempo.
—¿Te molestaría si vengo el día del cumpleaños de Jae?
A Jimin le sorprendió la pregunta.
—Em, no, claro que no.
—Perfecto, vengo a la tarde entonces.
—Claro, uh, te esperamos —dijo dándole una sonrisa de costado y el mayor le devolvió la sonrisa.
Jungkook seguía batallando con terminar la hamburguesa y las papas fritas, en cualquier momento explotaría. Jimin, por otro lado, había terminado de darle de comer al pequeño, por lo tanto, estaba empezando su hamburguesa, Jaehyun a veces no lo dejaba comer. No pasaba tan seguido, pero había días que se ponía inquieto y empezaba a patalear y lloriquear cuando trataba de comer mientras lo alimentaba.
—Haaa~
—¿Qué pasa, angelito?
—¡No!
—Está bien, jugarás un rato con tu dino, luego te daré un baño y después abrirás tu regalo. ¿De acuerdo joven? —dijo dulcemente el omega haciéndole cosquillas en su estómago. El bebé asintió como si entendiese.
Jimin lo regresó a su manta y vigiló un momento si todo estaba bien, luego de eso volvió a la cocina.
—Tu cachorro es muy tierno.
—Si que lo es.
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